domingo, 11 de noviembre de 2012

Nuestras creencias en el día a día

     148 estudiantes universitarios británicos fueron introducidos en un bar, donde se les sirvieron distintas bebidas. Todo en el bar era real: las botellas, los vasos, las servilletas, las vistas y los olores.

     Pero sin que lo supieran los miembros del grupo experimental, había una cosa que era falsa: el alcohol. Los investigadores habían sustituido el alcohol de las botellas de licores, de cerveza y de vino por tónica. Los camareros mezclaban las bebidas como si estuvieran sirviendo un McCoy de verdad, y los sujetos del experimento se achisparon comportándose de un modo similar a como se comportaban los sujetos del grupo de control, a los qu se les servían las bebidas verdaderas. Sus cuerpos generaron las señales neuronales y neuroquímicas que dan como resultado un comportamiento de intoxicación porque, simplemente, estos alumnos creían que estaban bebiendo alcohol de verdad. "Cuando se les contó a los alumnos la auténtica naturaleza del experimento, al final de la investigación, muchos se sorprendieron al saber que sólo habían bebido tónica, insistiendo en que se habían sentido mareados durante la experiencia", comentó el investigador, concluyendo que "se demostró que el mero hecho de pensar que estás bebiendo alcohol tiene sus efectos en el comportamiento".

David Whitehouse (2003). "Fake alcohol can make you tipsy". Artículo publicado por la American Psycological Association.

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