jueves, 29 de noviembre de 2012

Eres un títere de tu inconsciente

Entrevista a MURRAY STEIN, psicoanalista junguiano

Tengo 61 años, nací en Canadá y vivo en Suiza. He dedicado toda mi vida a ahondar en la obra de Carl Gustav Jung. Soy psicoanalista junguiano. He presidido la Asociación Internacional de Psicología Analítica. Estoy casado y tengo dos hijos veinteañeros. Votaré a Kerry. ¿Dios? Reconozco la rica realidad del alma: soy junguiano

CONCIENCIA. Leer a Jung es procurarse siempre alguna vibración en el alma. Acabo de leer esta frase preciosa: “El hombre se merece que él se ocupe de él mismo, y en su alma reside aquello que puede hacer del hombre algo”. Te señala Jung que tu alma alberga todas las potencias. Y te anima a activarlas. Es un mensaje jubiloso, una noticia fenomenal... que nos resistimos a agradecer: más confortable nos resulta esperar una salvación y consuelo emanados de un fabuloso poder externo... Jung fue una de las cimas de la conciencia humana universal, y sus indagaciones integraron psicología, biología, filosofía, teología, cosmología y física. Murray Stein intenta ahora sintetizar la compleja obra de Jung y aclarar su pensamiento en el manual El mapa del alma según Jung (Luciérnaga)

La Vanguardia, 2 de octubre de 2004, por Victor-M. Amela

-Quién fue Jung?
Un sanador del alma.

–Precise más, por favor.
Un médico que se interesó en que la gente viviese una vida más plena y equilibrada.

–¿Qué es lo que más le atrae de Jung?
¡Que Jung fue tan valiente en el siglo XX como Cristóbal Colón en el siglo XV!

–¿Ah, sí? ¿Y en qué océano se adentró?
Jung empeñó su vida en intentar trazar el primer mapa del alma humana, de la psique.

–¿Tan desconocida era nuestra psique?
¡Era un mare ignotum, inexplorado cuando Jung zarpó! Él cartografió alguna área...

–No olvide usted a Sigmund Freud...
Freud fue muy simplista: él todo lo remonta a una represión sexual en la infancia.

–¿Y no es así?
Eso es muy reduccionista. Jung tenía una visión más amplia y más proteica de la psique: aludía a la creatividad del inconsciente.

–Hay personas creativas y otras anodinas.
Eso depende de que la relación con tu inconsciente esté más o menos bloqueada. A esos bloqueos Jung los llamó complejos.

–Ah, ¿inventó Jung lo de los complejos?
Muchos términos que hoy usamos en la calle fueron acuñados por Jung: complejo, arquetipo, introversión, extroversión, inconsciente colectivo, sincronicidad...

–Pero Freud fue un genio, admítamelo.
¡Claro que fue un genio! Un genio de la introspección y muy brillante al escribir. ¡Freud fue un gran escritor: todo un artista!

–Ah: el psicoanálisis, ¿un género literario?
En su rama freudiana, sí.YFreud fue brillante..., pero los freudianos han resultado muy mecanicistas y aburridos. Jung, en cambio, fue más científico, más experimentador.

–¿Con qué tipo de experimentación?
Jung investigó si la psique está dentro de nosotros... o nosotros dentro de la psique.

–Acláreme eso.
Quizá la psique desborde los límites de lo estrictamente personal...

–¿Una psique cósmica? Muy místico...
Su propuesta de un inconsciente colectivo le alejó de la psicología académica y le costó ser tildado de místico, sí. Y leía a Eckhart.

–¿Qué entendía por inconsciente colectivo?
Es el estrato más hondo de la psique humana, el sótano de tu inconsciente personal. Ahí no hay ya nada que sea individual y único, sino lo común a todo ser humano.

–¿Y qué hay en ese común denominador?
Arquetipos e instintos: ¡los mismos para cualquiera en toda época y en todo lugar!

–¿Qué es un arquetipo?
Un arquetipo es un patrón general, un universal psíquico: se manifiesta en mitos, cuentos, motivos religiosos... Se repiten: porque, innatos, brotan del fondo de la psique.

–¿No son lo mismo que los instintos, pues?
El instinto es pulsión, el nivel somático de la psique: el hambre, la sexualidad... El instinto puede ser filtrado por la voluntad, aunque no controlado absolutamente.

–¿La voluntad es el yo?
Sí, pero condicionada por los instintos (desde la parte inferior de la psique) y por el espíritu (desde la parte superior).

–¿El espíritu?
La mente, en el sentido de la palabra griega nous: opera sobre el yo y también puede generar efectos somáticos.

–¿Soy yo un títere de mi inconsciente o no?
Si no te has analizado, eres títere en un 95%. Si te estudias y analizas con mucho trabajo, bien a fondo..., ¡podrás serlo sólo en un 80%! Sí: eres títere de tu inconsciente.

–¿Y en qué consiste ese ignoto 80%?
Ése es el pozo misterioso que exploramos: la psique, esa región ubicada entre la materia y el espíritu, entre los instintos y los arquetipos. Y los arquetipos derivarían de una sola fuente que Jung llamó sí mismo. Sería Dios: algo que está albergando al yo.

–¿En qué se basó para formular eso?
En la observación de que el sí mismo se expresaba a través de la psique produciendo una serie de símbolos que son universales.

–¿Qué símbolos?
Mandalas (imágenes de cuadrados y círculos), mapas, piedras preciosas, la rueda con un centro y radios, castillos, vasijas, montañas, lagos, ciertos animales (elefante, toro, caballo, oso, pez, serpiente), reyes, padres, el falo... ¡Todos son símbolos de totalidad!: expresan la necesidad de unidad ante el riesgo de disgregación de la psique...

–¡Qué oscuro, qué misterioso resulta Jung!
Lo que pasa es que Jung exploró la psique hasta sus fronteras, sus confines, para saber qué ocurre ahí. ¡Qué ambición ilimitada!

–Sorpréndame con algo más de Jung.
¡Se interesó por los fantasmas y los poltergeist, interacción entre psique y objetos! Y, con el premio Nobel de Física Wolfgang Pauli, formuló la teoría de la sincronicidad.

–¿Seré capaz de entender esa teoría?
Lo intentaré: Jung ve una íntima conexión entre psique y cosmos. Ve que los arquetipos emergen a tu conciencia tanto desde tu psique (suceso psíquico) como desde tu mundo circundante (suceso objetivo). Cuando eso sucede al mismo tiempo, es un evento sincrónico o coincidencia significativa. Y es algo que puede darle un sentido a tu vida.

–¿Me da algún ejemplo?
¡Enamorarse! O pensar en algo o alguien, ¡y que aparezca! Un paciente relataba a Jung un sueño sobre un escarabajo ¡y en ese instante chocó contra la ventana un escarabajo...!

–Bueno, casualidad.
Ajá: y... ¿por qué hay tantas? Jung habla de unus mundus (cosmos unificado), e infiere que todo está imbricado, que psique y materia se reflejan mutuamente y que expresan patrones comunes y eternos. Jung salta del milagro a la ciencia. Al conocimiento.

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