martes, 6 de noviembre de 2012

Curación a distancia

     "Elisabeth Targ comenzó su carrera como científica tradicional, pero se hizo famosa en 1999 con dos extraordinarios experimentos realizados en el Centro Médico California Pacific, en San Francisco, sobre la curación a distancia en los casos avanzados de sida. Ella y su socio [...] buscaron un grupo homogéneo de pacientes avanzados de sida con el mismo grado de enfermedad, incluyendo el mismo recuento de células T y número de dolencias asociadas. Como querían comprobar los efectos de la curación a distancia, y no cualquier método de curación, decidieron contratar a exitosos curanderos con mucha experiencia y con distintos antecedentes, para que representasen una amplia variedad de enfoques.

     Targ y Sicher reunieron a un ecléctico grupo de expertos en el arte de curar provenientes de todos los rincones de los Estados Unidos -desde cristianos ortodoxos hasta chamanes indios- y les pidieron que enviasen pensamientos curativos a un grupo de pacientes de sida en estrictas condiciones doble ciego. Toda la curación debería realizarse remotamente, de modo que ningún otro factor, como la presencia del curandero o algún contacto físico, pudiese alterar los resultados. Targ creó un estricto formato doble ciego: cada curandero recibió paquetes sellados con información sobre los pacientes que debían ser curados, incluyendo nombres, fotos y recuentos de células T. Cada dos semanas se les asignaba un nuevo paciente y se les pedía que enviasen una intención en favor de su bienestar y salud una hora al día, durante seis días, con semanas alternas de reposo. De esta forma, al final cada paciente del grupo recibiría energía curativa de cada uno de los curanderos.

     Al terminar el primer experimento, a pesar de que el 40% del grupo de control murió, los diez pacientes del grupo bajo tratamiento no sólo sobrevivieron, sino que su salud mejoró en todos los sentidos.

     Targ y Sicher repitieron el experimento, pero esta vez duplicaron el tamaño del grupo bajo tratamiento e hicieron aún más riguroso el protocolo. También ampliaron la gama de resultados que querían medir. En este segundo estudio, los pacientes a quienes se les envió energía curativa mejoraron significativamente según todos los parámetros de salud examinados: menor número de células T, menos hospitalizaciones, menos visitas al médico, menos nuevas dolencias, menor intensidad de la enfermedad y mayor bienestar psicológico. Las diferencias eran evidentes; por ejemplo, al final del experimento, el grupo bajo tratamiento tuvo seis veces menos enfermedades asociadas y cuatro veces menos hospitalizaciones que los grupos de control."

Del libro "El Experimento de la Intención" de Lynne Mc.Taggart

No hay comentarios:

Publicar un comentario