
Si quieres conseguir algo, primero suéñalo. Así lo recomendaba uno de los grandes psiquiatras del siglo XX, Viktor Frankl. Durante la II Guerra Mundial, estuvo prisionero en campos de exterminio. Cuando se sentía muy hundido utilizaba una técnica: se veía a sí mismo dando una conferencia en una sala bien iluminada y cómoda frente a un atento auditorio, que escuchaba sus reflexiones. De este modo, Frankl estaba definiendo cómo le gustaría verse en unos años, se distanciaba de su amarga situación y se sentía más aliviado. Como decía el psiquiatra: “el prisionero que perdía la fe en el futuro -en su futuro- estaba condenado”. Y la explicación, volvemos a encontrarla en la ciencia.