viernes, 4 de abril de 2014

Dalai Lama: Por qué río

Por el  Dalai Lama

Me he enfrentado a múltiples dificultades a lo largo de toda mi vida, y mi país está inmerso en un periodo crítico. Pero yo sonrío habitualmente, y mi risa es contagiosa. Cuando la gente me pregunta cómo encuentro fuerza para reír ahora, contesto que soy un profesional de la risa. [...]

La vida en el exilio es una vida poco afortunada, pero yo siempre elijo cultivar un estado de la mente de felicidad, apreciando las oportunidades que una existencia sin un hogar establecido, y lejos de los protocolos, me ha ofrecido. De este modo he sido siempre capaz de mantener mi paz interior.

Si nos contentamos simplemente con pensar que la compasión, la racionalidad y la paciencia son buenos, no será suficiente para desarrollar esas cualidades. Las dificultades nos proporcionan la ocasión de ponerlas en práctica. ¿Quién puede hacer que estas ocasiones aparezcan? Ciertamente no nuestros amigos, sino nuestros enemigos, que son los que nos hacen enfrentar la mayoría de problemas. Por tanto, si realmente queremos progresar en el camino, debemos recordar que nuestros enemigos son nuestros mejores profesores.

Para aquellos que tienen el amor y la compasión en alta estima, la práctica de la tolerancia es esencial, y requiere un enemigo. ¡Debemos estar agradecidos a nuestros enemigos, porque nos ayudan a engendrar una mente serena! El miedo y el odio son los enemigos reales que debemos confrontar y derrotar, no los "enemigos" que aparecen de tanto en tanto en nuestras vidas.

Por supuesto, es natural y correcto que queramos tener amigos. A menudo bromeo diciendo que ¡una persona verdaderamente egoísta debe ser altruista! Debes cuidar a los demás, su bienestar, ayudándolos y sirviéndolos, para tener más amigos y hacer florecer más sonrisas. ¿El resultado? ¡Cuando necesites ayuda, encontrarás todo lo que necesites! Por otro lado, si descuidas la felicidad de los demás, serás el perdedor a largo plazo. ¿Están entre los argumentos que forman parte de la semilla de la amistad el enfado, los celos y la competición desleal? Creo que no. Sólo el afecto produce amistades auténticas. [...]

Por lo que a mí se refiere, siempre quiero más amigos. Amo las sonrisas, y mi deseo es ver más sonrisas, sonrisas reales, ya que hay muchos tipos -sarcásticas, artificiales y diplomáticas. Algunas sonrisas no levantan ninguna satisfacción, y algunas incluso engendran suspicacia o miedo. Una sonrisa auténtica genera un sentimiento auténtico de frescor, y la sonrisa pertenece solo a los seres humanos. Si queremos estas sonrisas, debemos crear las razones para que aparezcan.

-- El Dalai Lama, en su libro "My Spiritual Journey".

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