-Juan, ¿quieres este billete?
Juan la miró confuso y le dijo:
-Claro, Carmen. Son cien euros, ¿quién no los quiere?
Entonces Carmen cogió el billete y lo arrugó hasta hacer una bolita. Se lo mostró a Juan y le preguntó:
-*Y ahora, aún los quieres?
-Carmen, ¿qué tiene que ver?, siguen siendo cien euros. Está claro que los cojo si me los das.
Carmen volvió a coger el billete, lo tiró al suelo, lo aplastó con su pie y lo levantó sucio y marcado.
-¿Sigues queriéndolo? -preguntó.
-Mira, Carmen, sigo sin entender qué quieres, pero este billete sigue siendo de cien euros esté sucio o aplastado o sea, que su valor es el mismo y lo sigo queriendo.
-Entonces, Juan, debes saber que aunque en ocasiones las cosas no van como queremos, aunque la vida nos arrugue o nos pise, seguimos siendo tan valiosos como siempre hemos sido.
-Entonces, Juan, debes saber que aunque en ocasiones las cosas no van como queremos, aunque la vida nos arrugue o nos pise, seguimos siendo tan valiosos como siempre hemos sido.
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