En cierta ocasión escuché una frase que me gustó mucho.
Decía “ser espiritual no significa ser tonto”. Y efectivamente no puedo estar
más de acuerdo con esa afirmación.
Desarrollar el lado espiritual de uno mismo no implica
renunciar a todo lo demás. Implica simplemente desarrollar ese aspecto de
nuestro ser. Somos seres multidimensionales, y en el equilibrio en todas
nuestras dimensiones está nuestra verdadera grandeza. Es en ese nivel en el que
estamos en disposición de desarrollar todas nuestras capacidades.
Actuando desde el equilibrio interior y desde la confianza
alcanzaremos ese nivel de fluidez donde uno se relaja, suelta y deja de lado
los apegos y expectativas. Es en ese nivel donde las cosas comienzan a fluir y
los resultados llegan sin esfuerzo, sin luchar, simplemente como algo natural.
Es cuando la “magia” y las “casualidades” se convierten en algo habitual. Es
cuando realmente asumimos el control para crear la vida que deseamos.
Y todo ello sin renunciar a nada, excepto al apego. Cuando
hay apego por las cosas materiales estamos dándoles un poder sobre nosotros
mismos. Estamos delegando sobre la tenencia o no de esas cosas el poder de
sentirnos bien o mal. En el momento en que renuncias al apego, pasas a
disfrutar de las cosas materiales cuando las tienes, sin sufrir cuando no
puedes disfrutar de ellas. Es realmente el apego lo que está reñido con tu
desarrollo espiritual. Renuncia a él y serás mucho más feliz.
Ricardo Eiriz
No hay comentarios:
Publicar un comentario