A estas alturas, prácticamente
todo el mundo tiene asumido que son nuestras creencias, o recuerdos del
inconsciente, las que dirigen nuestra vida. Nuestra mente subconsciente, esa
gran desconocida para la mayoría, es quien nos lleva por caminos de placer o de
dolor, quien nos dirige directamente hacia esa piedra en la que tropezamos día
sí y día también, o al contrario, nos dirige por caminos donde todo fluye y
todo está bien. Y todo eso en base a nuestras creencias.
Una creencia es la aceptación de
aquello de lo que hemos sido testigos, de aquello que hemos experimentado o
conocido por nosotros mismos, incluso antes de nacer; o de aquello que nos han
transmitido otros mientras no teníamos capacidad para valorarlo. Familiares,
amigos, profesores, líderes de opinión, etc., están en el origen de gran parte
de las creencias que tenemos y que nos condicionan en el día a día definiendo
nuestra realidad sin ser nosotros conscientes de ello. La historia, la religión
o la ciencia son asimismo el origen de un sinfín de creencias.